Había una familia muy humilde cuyo
padre era ciego. A pesar de su ceguera le gustaban muchísimo las manualidades y
diseñaba bellos objetos en madera, en piedra y en hierro.
Se acercaba la navidad y este
artesano ciego pensaba en un objeto original que pudiera regalarle a su hijo de
seis años, se le ocurrió que podía hacerle un caleidoscopio. Lo construyo con
trozos de vidrio, espejos, metales y piedras que previamente había triturado.
El resultado fue el más hermoso caleidoscopio que cualquier niño pudiera soñar.
Cuando el hijo recibió el regalo le
gustó tanto que lo llevo consigo a la escuela para presumir de él delante de
todos sus compañeros. Uno de los alumnos del centro algunos años mayor que él
le preguntó donde había comprado ese hermoso objeto a lo que el niño le
contesto que lo había construido su padre.
¿Tu padre? Preguntó extrañado el
chico mayor, si tu padre es ciego…
El niño de seis años se quedo mirando
a su compañero y al cabo de una pausa de segundos, sonrió y le contestó: “Sí”
mi padre está ciego, pero de los ojos… solamente de los ojos...
Cuento interesante y muy muy bonito.
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