"He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: Solo con el corazón se puede ver bien. Lo esencial es invisible a los ojos." (Antoine de Saint Exupéry, El Principito).

viernes, 20 de enero de 2012


Un mago nunca llega tarde, llega exactamente cuando tiene que llegar… (Tolkien).


Estas aquí para aportar tu sabor único y para servir al mundo de una manera que tú y solo tú, puedes hacer.

Recuerdo una maestra en Educación Infantil que  nos entregó  a cada uno de los niños una pieza de un puzle que tenía un número en la parte posterior y nos pidió que la guardáramos hasta el día siguiente.

A la mañana siguiente  cuando nos llamaba a cada uno por el número que  tenía nuestra pieza, la Maestra lo colocaba en la posición correcta en el marco de cartón que contenía el puzle.  En clase éramos 20 niños y eran 20 las piezas del puzle. Aquel día cuando la Señorita terminó de colocar  la pieza número 20,  pudimos ver la preciosa imagen completa a excepción de una pieza que faltaba y que impedía que todos viéramos la belleza de la imagen íntegra.

El niño que había recibido la pieza número 19 había faltado a clase ese día y para que pudiéramos ver la imagen completa se necesitaba su aportación. De esta manera la Maestra ilustró para todos nosotros, cuán  importante éramos cada uno de nosotros para completar la totalidad.

Cada uno de nosotros tiene una pieza importante que aportar a la imagen de la vida, cada uno de nosotros somos un pieza única. Cada día con nuestras experiencias en la vida, obtenemos la sabiduría requerida para producir, perfeccionar y mejorar la pieza del puzle con la que cada uno de nosotros servimos al mundo.


LA IMPORTANCIA DEL PAPEL DEL PROFESOR.

Por tratarse del último trabajo del curso me parece importante hacer  una breve reflexión sobre como deberemos afrontar nuestro futuro como maestros (esta signatura nos ha hecho replantearnos esta idea a muchos de nosotros).

Es fundamental reflexionar sobre la importancia de nuestro papel como futuros maestros y la situación de la educación española en la actualidad.

El sistema educativo (al menos en el caso de España) está desfasado y es anacrónico (no ha cambiado nada en los últimos cincuenta años) pues no se adapta al cambio de los tiempos y a la sociedad, sino que se quedo “estancado”.

Muchos profesores enseñan ahora igual que enseñaban a nuestros abuelos, esto provoca que muchos niños estén aburridos en el aula y les lleve al fracaso, mientras que con las cosas que les interesan pueden pasar horas y horas, por tanto, debemos cambiar esta forma de educar tratando de motivarles más y de despertar sus ganas de aprender (haciendo de la escuela un sitio divertido). (Hay que tener siempre presente que el sistema educativo se creó en el pasado, en una época distinta para responder a retos diferentes de los actuales, por tanto debe evolucionar).
 
No debemos confundirnos, pues no se trata de aumentar los estándares educacionales, sino que debemos reconsiderarlos y cambiarlos para adaptarlos a las nuevas necesidades, para que sean realmente efectivos (los conocimientos de matemáticas importan pero también es fundamental la educación artística, la educación física, etc.)
 
Nunca me había planteado la idea de que muchos alumnos terminan su educación (o fracasan en el intento) y llegan al mundo adulto sin conocer sus talentos o capacidades especiales, creyendo por tanto que carecen de actitudes o habilidades en las que destaquen, sin ser así.
Todo el mundo sobresale en algún determinado campo, por tanto, como profesores es nuestro deber ayudar a nuestros alumnos a encontrar el terreno en el que destacan y potenciarlo.

Debemos conocer a  cada alumno de manera individual para saber como acercarnos a ellos, ver lo que les interesa y así utilizar la metodología más adecuada (esto es muy importante pues creo que es cierto que muchos niños se aburren en clase y esto les puede provocar fracaso escolar).

Es precisamente en todos estos aspectos donde hacen especial hincapié  metodologías famosas como son la metodología Waldorf, la escuela Summerhill, etc. pues centran sus clases en desarrollar todas las facetas del niño, dando la misma importancia a las matemáticas que a la educación artística, con lo que se consigue educar a los alumnos de una forma más completa y se les proporcionan las herramientas para que ellos mismos decidan que es lo que les apasiona y a la vez descubran lo que se les da bien.

Somos consciente de que los profesores tenemos que ser herramientas del S. XXI, no tenemos que ser perfectos, podemos cometer fallos porque somos humanos, pero lo más importante es que aparte de preparar a nuestros alumnos para pasar sus exámenes, debemos prepararlos para un futuro desconocido, en el que es fundamental que trabajen con sus pasiones (al ayudarles a trabajar con sus pasiones se reduce el fracaso escolar).

Los cambios sociales y la diversidad de alumnado que actualmente acude a las aulas de Infantil y Primaria han influido en los planteamientos de la educación y, muy especialmente en la docencia. Maestros y profesores necesitan una formación más amplia y aprender habilidades que van más allá de la transmimión de conocimientos para poder llegar a toda la población que acude a sus aulas. Pero los cambios sociales han tocado de lleno los planteamientos en educación y, muy especialmente, a la formación de los profesionales de la educación.

Vivimos momentos de cambios vertiginosos promovidos por el avance incesante de las nuevas tecnologías, por las telecomunicaciones, por las demandas sociales y laborales, por los avances científicos, etc. Que reclaman una mejor y mayor formación del docente para ejercer la profesión y responder a los retos que planta la sociedad actual.

El trabajo diario del profesor en el aula se debe ajustar a la realidad que conforma la sociedad actual. Ya no tiene sentido impartir clases magistrales a cuarenta alumnos “hipotéticamente homogéneos” sentados en hileras en dogmáticas y silenciosas clases presenciales. La realidad de la España del siglo XXI es otra bien distinta.

La sociedad española del siglo XXI es una sociedad multiétnica, multirracial, plurilingüística, multicultural, que exige de la escuela que socialice, escolarice, inspire y eduque a todos y cada uno de los educandos que recibe en sus aulas, independientemente de las circunstancias en las que lleguen al mundo educativo y de la cultura de origen que provengan.

La figura del maestro ha cambiado. El maestro ya no es el ilustrado al que admiraba el pueblo hace no más de cincuenta años, ni su trabajo se debe limitar a utilizar únicamente la estrategia didáctica de la lección magistral. Ahora se le pide que dé las clases de forma interactiva, que enseñe a través de proyectos, que sepa resolver conflictos, que utilice las nuevas tecnologías en el aula, que eduque en valores, que respete y conozca las diferencias de culturas e individualidades de sus alumnos, que enseñe a los niños a aprender por sí solos, que ponga en marcha técnicas de aprendizaje cooperativo, etc. Además de todo esto, también se reclama al profesor que esté más y mejor preparado para afrontar cuestiones diferentes a las de “dar clase”, por ejemplo, tareas de gestión, de organización, de atención a la diversidad, de atención a la multiculturalidad. En definitiva una tarea para la que estos profesionales necesitan una formación inicial muy distinta a la que se les ha dado hasta ahora.

Los cambios sociales de las últimas dos décadas han revolucionado la sociedad del conocimiento y, con ello, los planteamientos en los que estaba basada la educación.

Como conclusión y basándome en todos los motivos aportados creo que hay que transformar la escuela de arriba abajo, la educación necesita una revolución, es necesario un cambio total que deje atrás lo tradicional y aburrido y busque motivar, logrando el desarrollo de los niños del siglo XXI, que no se parecen en nada a los estudiantes del siglo anterior, por tanto no debemos educarles de la misma forma. Necesitamos un sistema educativo que mediante el aprendizaje social, fomente la educación personalizada y el desarrollo de cada individuo, que estimule la creatividad, la pasión, la energía, el talento, porque nuestro futuro está lleno de nuevos retos que requerirán nuevas soluciones, y estas dependerán de cuan creativas, vital y variada sea la gente. Y también feliz, y para ser feliz necesitamos realizarnos y desarrollarnos, descubrir y cultivar aquello que nos motiva y nos hace sentirnos bien.



¿QUÉ ES LA FELICIDAD?

Todos en mayor o menor grado, hemos experimentado alguna vez efímeros momentos de felicidad. Su duración fue inevitablemente breve. Muy pronto aquel estado anímico tan especial se fue apagando, para dejar de nuevo paso al descontento, al estrés al aburrimiento o al dolor.

En este mundo podemos disfrutar de dos tipos de felicidad. El más común (y pese a ellos se nos da muy raramente) es esa intensa y maravillosa sensación que experimentamos al satisfacer algún deseo largamente acariciado, al satisfacer alguna necesidad o alguna carencia, al cesar algún dolor físico o anímico, al reunirnos con la persona amada después de cierta ausencia, al recibir el reconocimiento por nuestro trabajo, al resolver un problema, al sortear un peligro o al lograr una meta. Esta felicidad suele ser de muy corta duración y rápidamente se va difuminando hasta desaparecer casi por completo. Todos hemos deseado algo durante mucho tiempo (quizás meses o incluso años) ya fuese el juguete ansiado, la finalización de los estudios, la aceptación de la persona amada o una promoción en el trabajo. Nos imaginábamos que una vez conseguido el objeto de nuestros deseos, la vida sería ya para siempre diferente; sin embargo, tras la euforia de los primeros momentos muy pronto suele embargarnos algo muy parecido al desencanto.

Hay otro tipo de felicidad mucho más raro todavía. Es un estado mental permanente. Un modo de enfocar la vida que nos hace disfrutar de cada instante. Es una constante sensación interior de paz, de tranquilidad y de bienaventuranza.

Definir el concepto de felicidad es una difícil tarea.

El ser humano ha tendido siempre a perseguir la felicidad como una meta o un fin, como un estado de bienestar ideal y permanente al que llegar, sin embargo, parece ser que la felicidad se compone de pequeños momentos, de detalles vividos en el día a día, y quizá su principal característica sea su capacidad de aparecer y desaparecer de forma constante a lo largo de nuestras vidas.

¿Es la felicidad un deber?

La felicidad es el fin de los seres humanos ya que todas nuestras acciones tratan de hacernos más felices, por este motivo considero que la felicidad no es un deber sino un objetivo (creo que la felicidad es parecida a la necesidad de comer, ya que comer tampoco es un deber sino una necesidad que cumplimos con un objetivo (quitarnos el hambre), al igual que sentirnos felices es una necesidad para estar a gusto con nosotros mismos.

Para mí todo lo que se imponga como deber (obligación) ya no es felicidad puesto que estás obligado a cumplirlo y las personas rechazamos todo lo que nos imponen (todo lo que nos obligan a cumplir y a hacer).

La felicidad es algo nato que nace dentro de cada persona, hay personas que la consiguen de una manera y otras personas nunca llegan a ser felices.

Ser feliz es dar amor y sentirlo, dar cariño, momentos plácidos y alegres hacia los demás sin pensar en uno mismo y sin esperar nada a cambio, dándote cuenta de que con el tiempo el dolor y el malestar que cada uno tenemos en nuestras vidas pasa, es decir, que por muy tristes que estemos en un momento, por ejemplo cuando se muere un ser querido, todo el dolor que sentimos es momentáneo y con el paso del tiempo pasará y volveremos a ser felices y a disfrutar de la vida.

Hay muchas cosas que conseguimos y en ese momento decimos estar felices y por el contrario con otros sucesos decimos ser desgraciados, sin darnos cuenta de que todo eso es una etapa de nuestro desarrollo personal.

La conclusión que saco es que la felicidad surge cuando aprendemos a cuidarnos y a cuidar de los demás y que de manera innata tendemos a buscarla para sentirnos bien con nosotros mismos.

Frases a destacar:
  •            No hay deber que descuidemos tanto como el deber de ser felices. Rober Louis Stevenson.
  •         La falta de las cosas que el hombre desea es un elemento indispensable de la felicidad. Russell
  •           Buscamos la felicidad, pero sin saber donde, como los borrachos buscan su casa, sabiendo que tienen una. Voltaire.
  •           La felicidad no es un ideal de la razón, sino de la imaginación. Inmanuel Kant.
  •       Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias. John Locke.



ACTIVIDAD BLOQUE 4.

La tarea propuesta para este cuarto bloque consiste en la realización de una serie de actividades de animación a la lectura que, en este caso, estarán destinadas a alumnos de quinto curso de Educación Primaria.

Lo primero de todo, debo destacar que para mí, es muy importante que a mis futuros alumnos les llegue a gustar leer; sé que conseguir esto será un gran reto y para lograrlo las únicas herramientas con las que contaré serán unas actividades lúdicas y motivadoras que les animen a leer. (Por supuesto creadas a partir de mi imaginación).

Creo que todos deberíamos concienciarnos de lo necesario que es que a un niño le apasione la lectura y disfrute leyendo.  Y por ese mismo motivo he dejado esta actividad para el final del cuatrimestre, pues quería dedicarle más tiempo intentando que quede lo más completa posible.

Las actividades diseñadas están estructuradas para realizarlas antes de comenzar la lectura (principalmente son motivadoras), durante la lectura (ayudarán a aclarar términos y reforzar la comprensión de las partes más compleja de la obra) y actividades que haremos una vez hayamos finalizado la lectura.

Algunas de las ideas que no debemos olvidar a la hora de preparar actividades de animación a la lectura, son:
1.      Conseguir que nuestros alumnos estén motivados es fundamental, por tanto, antes de comenzar la lectura debemos presentarles alguna actividad divertida que capte su atención y les haga interesarse por lo que van a leer, de manera que cuando llegue el momento de empezar lo hagan con ganas, ilusión y tomándoselo como algo divertido y no como una obligación o un castigo.

Todas las actividades que voy a presentar en la medida de lo posible he intentado que sean lúdicas y divertidas para que los niños se diviertan y empiecen a ver la lectura como un juego, además si conseguimos cumplir este objetivo, conseguiremos que los chicos realicen las actividades animados y sin vergüenza (no sentirán que están siendo examinados).

El libro en el que me voy a basar para proponer las actividades es CUCHO de José Luis Olaizola que se trabajará en la clase de 5º de primaria.



(Las actividades propuestas son meramente orientativas, el profesor podrá seleccionar de todas ellas las que le interesa realizar en cada fase).

1º) Actividades previas a la lectura:
Estas actividades se realizaran de manera previa a la lectura y cada una de ellas con un objetivo diferente. 
           
            Actividad 1: ¿Qué te sugiere el libro?
Con esta actividad intentamos dar a conocer el libro, para ello cogeremos el libro y se lo mostraremos a todos los alumnos de forma que puedan verlo de cerca. Una vez que todos hayan podido verlo, de forma oral les pediremos que por orden y de forma voluntaria vayan sugiriendo de que puede tratar el libro, o respondan a cuestiones como ¿Qué te sugiere la portada? ¿Y el titulo? ¿De qué crees que va a tratar? ¿Qué te llama la atención?, etc.

Tras esto y siguiendo unas pistas que el profesor irá dando (solo si es necesario) tendremos que pensar entre todos de que va a tratar la historia.

(Nota: Esta actividad es muy útil para empezar a motivar a los niños, sin embargo, para el libro seleccionado le encuentro la pega de que quizá como el título del libro transmite muy poca información los niños no contarán con ningún apoyo para hacerse una idea sobre el argumento del libro y por tanto les será complicado contestar a la pregunta ¿De qué crees que va a tratar? No debe considerarse esto como una limitación, sino como una oportunidad de desarrollar su imaginación).

            Actividad 2: Leemos un fragmento.

Ya que el título del libro transmite poca información es recomendable que como segunda actividad, el profesor lea un breve fragmento del libro (podrá ser el resumen que aparece en la contraportada o alguna de las páginas iniciales del libro) y a partir de ahí, los alumnos tengan que ir contando que creen que va a suceder después.

(Esta actividad puede hacerse de dos formas distintas, la primera sería que cada alumno que intervenga comience la historia desde el punto donde termina el fragmento leído por el profesor y nos cuente su versión de lo que va a suceder, o bien, que tenga que continuar la historia según la estaba contando el compañero que acaba de hablar, y por tanto desarrollemos una versión más larga entre todos).

            Actividad 3: Tormenta de ideas.
Si nos decidimos a hacer esta actividad, sólo tenemos que llevar a cabo de forma grupal una tormenta de ideas que iremos apuntando en la pizarra con cuestiones sobre el libro, de forma que los alumnos tengan que ir dando sus opiniones.

            Actividad 4: Respondemos con Sí o No.
Esta actividad me parece muy adecuada e interesante para trabajarla con este libro. Los niños pueden tomarse la actividad como un juego, lo que les divertirá. Consiste en que el profesor hace una presentación del libro (si es que no la ha hecho ya en alguna de las actividades anteriores), (puede volver a basarse en leer el resumen de la contraportada) y tras esto, los alumnos tienen que hacerle preguntas para averiguar más información sobre el libro, pero el profesor sólo podrá contestar diciendo Sí o No.

            Actividad 5: Inventa tu propia historia.
Con las actividades anteriores es de esperar que hayamos conseguido animar e intrigar a todos los alumnos para saber ¿Quién es Cucho? Y ¿Qué es lo que le va a pasar?, además con la actividad 4 les habremos proporcionado algo de información sobre el texto, por eso, antes de comenzar con la lectura del libro les pediremos que por escrito y de forma individual en unas poquitas líneas (algo muy breve) cuenten como creen que va a comenzar o a desarrollarse la historia.
(Deben ponerse en la piel del personaje y cada alumno sabiendo el titulo y con las hipótesis obtenidas en las actividades anteriores tendrá que  hacer una  pequeña redacción en la que cuente que es lo que le gustaría que pase).

Una vez que las tengan terminadas les pediremos que las guarden, pues las necesitaremos para otra actividad más adelante.

2º) Actividades durante la lectura:
Es importante que, las actividades a realizar durante la lectura, estén enfocadas de manera que los niños encuentren relación directa entre la actividad a realizar y la parte del libro que están leyendo; de esta forma, es importante que el profesor conozca, en mayor o menor medida, el momento de la obra en el que se encuentra la mayor parte de los alumnos.
            
            Actividad 1: Siluetas.
El maestro traerá recortada la figura en blanco y negro de los personajes más relevantes del libro, y cada uno tendrá que buscar su figura correcta y decir de quien se trata y cuál es su papel en el libro. 

            Actividad 2: Imagínate Tú.
En este caso utilizaríamos la técnica imagínate tú, pero no de la forma en la que más común mente es utilizada (por lo general se usa para presentar el libro) sino que lo que haremos es pedirle a los niños que se sitúen en una situación similar a la del protagonista (ya sea de forma general o en un caso concreto de los que aparecen en el libro), y se les pide que expliquen de forma individual y por escrito qué harían ellos (como actuarían para resolver el problema planteado, etc.).

          Actividad 3: Continúa... 
En esta actividad se le propone al alumno que continué la historia (tomando como comienzo el punto por el que va leyendo) y cuente el final que cree que va a pasar.

3º) Actividades después de terminar la lectura:

            Actividad 1: Momentos.
 En esta actividad el alumno tendrá que responder a preguntas como ¿Cuál ha sido el momento que más te ha gustado? ¿Cuál es el que menos? etc. 

            Actividad 2: Los personajes.
Esta actividad nos va a servir para conseguir que nuestros alumnos piensen sobre la forma de actuar de los distintos personajes. Les pediremos que describan los rasgos más característicos de cada uno de ellos y que nos cuenten si recuerdan alguna situación en la que la actitud de los personajes fuera negativa (a partir de esta actitud negativa podremos hablar sobre el tipo de actitudes que debemos evitar tener con la gente).

            Actividad 3: Reinvento un nuevo título y una nueva portada.
Pediremos que en un folio pinten una nueva portada (como a ellos más les guste) y que incluyan en la portada un nuevo título que crean que puede encajar con el libro. (Estaremos desarrollando la expresividad).

            Actividad 4: Comprobamos nuestras historias.
En esta actividad volveremos a trabajar con las historias que cada uno de los alumnos inventó el primer día de trabajo con el libro, de forma que ahora podamos comprobar si alguna de las historias que inventaron tuvo un final parecido al del libro.

            Actividad 5: Opinión Personal.
Esta actividad consiste en que los alumnos den su opinión sobre el libro. Si les ha gustado o no, aspectos a destacar, etc.
Les daremos a elegir si quieren hacerlo a modo de redacción para que las pueda leer el profesor o si prefieren hacerlo de forma oral contándoles su opinión a toda la clase.


Primer paso. Comparación:
      La nieve es:
Como el algodón.
Como la espuma.
Como las nubes.
Como estrellas líquidas.
Como un conejo blanco.
La nieve es así.

Segundo paso. Metáfora:
    La nieve es:
Algodón.
Espuma.
Nubes.
Estrellas líquidas.
Un conejo Blanco.
La nieve es así.

Tercer Paso. Adivinanza:
Es como el algodón.
Es como la espuma.
Es como las nubes.
Es como estrellas líquidas.
Es como un conejo blanco.
    ¿Qué es?


Ayudar al niño a convertirse en lector

por Jacqueline Kerguéno.

Las ideas que  se exponen en este artículo son muy interesantes, por tanto, no quería llegar al final del cuatrimestre sin comentar brevemente alguna de ellas:

Como afirma Jacqueline Kerguéno, amar la lectura no es sencillo pues no es algo que se consiga de forma automática.

Todos somos conscientes de que a los niños actuales no les gusta leer y si hablamos con personas que tengan hijos pequeños podremos confirmar la idea fácilmente pues los padres reconocen con mucha frecuencia que sus hijos no leen. NO debemos considerar esta afirmación como algo sin importancia o que ya se les pasará. Es una situación que debemos intentar evitar o en su caso buscarle una solución desde el primer momento.

Personalmente me resulta verdaderamente curioso ver a padres preocupados por esta situación y lo dicen con verdadera alarma, como queriendo decir que como podrá ser que a sus hijos no les guste… Olvidan quizá que a ellos tampoco les gusta leer, y no pueden pretender que al niño le guste por arte de magia.  

Ante esta situación lo primero que se les suele ocurrir a los padres (lo he visto en muchos casos)para buscar una solución es escoger algún libro de los que tienen por casa o alguno que les recomiendan pero que verdaderamente no son adecuados para el niño, y obligarle a que se siente en una silla durante media hora al día  (o más) a leer. Esto es un grave error, pues si el niño no se siente atraído por el mundo de la lectura con esta forma de actuar sólo conseguiremos alejarle aún más, pues se aburrirá y asociará la idea de leer con un castigo y no lo verá por tanto como algo divertido.

Comparto la idea de que leer es una actividad que requiere concentración. Es necesario amar las palabras, dejarlas resbalar dentro de uno y en ocasiones detenerse para meditar­las.

Una idea fundamental es que si un niño no ha aprendido desde pequeño a escuchar cuentos, a imaginar entre las frases lo que no se dice, a vivir emociones identificándose con los hé­roes, no encontrará en la lectura más que una sucesión de palabras sin en­canto. No habrá aprendido a entrar en la magia del relato.


Antes cité la actitud que presentan muchos padres de coger cualquier libro que tienen por casa o que les recomiendan y ponérselo a sus hijos como lectura obligatoria sin preocuparse realmente de si ese libro les va a gustar o de si es adecuado para su edad.
Jacqueline Kerguéno compara esta forma de actuar con la idea de darle un chuletón a un bebé, (A un bebé no podemos darle de comer nunca un chuletón y de igual forma a un niño que sea lector inexperto tampoco debemos  darle el primer libro que encontremos).

Un lector debutante necesita un texto a la medida de sus capacidades, acorde con su sensibilidad, que tenga en cuenta su lenta progresión con el texto escrito.

Por este mismo motivo, que un niño no acabe un libro no debe ser motivo de enfado de los padres, pues si ha notado que el libro no le gusta, que lo deje, coja otro que le atraiga más y quizá algún día vuelva a retomar el que dejo a medias (No estaremos cortando su pasión por la lectura).

Una idea muy importante y que ya hemos destacado en otras ocasiones en este blog pero que no debemos olvidar es que los niños necesitan conectar con los héroes de la historia. Tienen que poder identificarse con el personaje que más les gusta y, por eso, es necesario que comprendan el funcionamiento de ese personaje. Éste, ha de tener una cierta coherencia psicológica y unos comportamientos lógicos que coincidan con su psicología. También es necesario que el héroe sea interesante y que uno pueda tener ganas de identificarse con él. Las historias demasiado insignificantes, sin un auténtico héroe, se olvidan pronto.

Otras ideas destacadas:
-          Si un niño está interesado por el tema del libro, si se ha despertado su curiosidad, aceptará mejor pasar un rato, aunque no sea demasiado largo, tratando de comprender el texto que va asociado a las imágenes. Es más agradable y más fácil cuando la imagen y el texto van bien coordinados en una misma página. Existe entonces una pre‑percepción de la situación que ayuda a adivinar las palabras y las hace más accesibles.

-          Conviene no molestarle sin razón cuando está leyendo. Y propiciar la calma y el confort del sitio de lectura cuando sea posible. No hay que confundir la lectura escolar, que es un ejercicio de progresión, con la lectura de ocio. Esta debe hacerse sin control, debe ser silenciosa.

-          Una buena historia empuja al lector hacia adelante. Si vive las emociones del héroe, éstas se convierten en suyas. Por el contrario, una historia en la que no se sienten emociones como el miedo, el alivio, la indignación, la alegría, la tristeza, etc.., no se lee con demasiado entusiasmo. Hacia los 8‑9 años, una buena historia debe provocar en su lector el deseo de pasar a la página siguiente, para saber lo que va a ocurrir, para no abandonar a su héroe.